¿Por qué Amakuru, Mzungu? Es la pregunta que me han hecho varios amigos y amigas que se han asomado al blog que me animé a abrir hace ya seis meses.
No es por un falso ánimo de anonimato, o por suscitar la curiosidad con un halo de misterio. Nada más lejos de la realidad. Seguramente resultaría más popular, y desde luego más sencillo, haber recurrido a mi nombre, Carlota Merchán, pero tras dar vueltas a posibles nombres y éste es el que más me convenció. Amakuru, Mzungu es el saludo que los rwandeses hacen a los extranjeros, a las personas blancas pues Mzungu puede traducirse tanto como extranjero como hombre/mujer blanco. Vendría a ser como nuestro ¿Qué tal? ¿Qué te cuentas? Y es sobre eso sobre lo que va mi blog, sobre lo que se cuenta esta mujer blanca. Sobre mis reflexiones ante lo que sucede a mi alrededor, sobre lo que me preocupa e inquieta.
Quienes me conocen saben de mi amor por África, de cómo me quema lo africano, lo que les pasa a los africanos y las africanas.
Está ahí al lado, de hecho es la franja de costa que se atisba a ver en la foto que ilustra el blog. Y, sin embargo, algunos se empeñan en poner verjas, muros y cuchillas. No quieren ver que nuestras costas han sido desde siempre, desde antes de existir España, el puente entre África y Europa y así seguirá siendo. Y por favor que nunca deje de serlo.
Por eso Amakuru, Mzungu.
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