Esta semana se han vaciado las aulas, llegó el merecido descanso después de 9 meses de estudio, exámenes, trabajos y proyectos, madrugones y por delante más de dos meses de tiempo libre y vacaciones. Pero, ¿disfrutan todos nuestros niños y niñas de ese tiempo libre y vacaciones?

En el país de los 28 con mayor pobreza infantil, nos supera Rumanía, para muchas familias el verano más que una época de disfrute supone una temporada de dificultad. 

El curso escolar mal que bien puede garantizar unos mínimos de alimentación a través de los comedores escolares, el tiempo se ocupa entre las actividades escolares y alguna actividad deportiva municipal, pero llega el fin de curso y se cierra por vacaciones.

Nuestro país, al menos por ley, garantiza la igualdad de oportunidades en materia de educación pero una de las cosas de las que te das cuenta cuando eres madre es que la diferencia no está tanto en lo que se ofrece en las aulas como en lo que nuestros hijos e hijas encuentran fuera de ellas. Son las actividades extra escolares las que marcan la diferencia pues el poder adquisitivo, el acceso a la información, los recursos y habilidades de las familias determinan las oportunidades extra de los niños y niñas. 

Y esta diferencia tiene su principal expresión en el periodo estival. El verano no significa lo mismo para todos.

Muchos niños y niñas disfrutarán de campamentos con actividades de lo más diverso, aprenderán idiomas en otros países, viajarán con sus familias a la playa, a la montaña, al extranjero y llegarán en septiembre al cole o al instituto con la mochila llena de historias y la vida repleta de nuevos aprendizajes que no están al alcance de todos. 

Pero hay muchos otros, demasiados, que llenarán su tiempo delante de la tele, encerrados en casa pasando calor, cuidando de sus hermanos, bajando a la calle a hacer tiempo o en el caso de Madrid por ejemplo, yendo a “los chorros de Madrid Río” que son gratis.

La pobreza infantil no cierra por vacaciones, al contrario, quienes la sufren lo hacen con mayor intensidad. Me parece injusto hacer rankings de urgencia entre grupos en situación de vulnerabilidad, pero sin duda, un país que no sitúa a sus niños y niñas como máxima prioridad se retrata a sí mismo. 

El derecho a la infancia, a una infancia feliz, sin privaciones y en igualdad de oportunidades debe ser la prioridad de todo Gobierno. 

El Grupo Parlamentario Socialista presentó en la Comisión de Derechos de la Infancia y la Adolescencia una Proposición No de Ley que fue aprobada el mes de noviembre de 2016 por la mayoría de los grupos para incrementar la prestación por hijo e hija a cargo, incrementar el poder adquisitivo de las familias como la mejor manera demostrada para combatir la pobreza infantil. Disponer de un Ingreso Mínimo Vital que garantice una vida libre de pobreza, en definitiva, el derecho a una vida digna.

Como en tantas iniciativas aprobadas, falta que quien controla el BOE, el Gobierno del Partido Popular, cumpla y ponga en marcha lo aprobado. 

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