Ya está aquí 2015, y como suele suceder con todo lo que es esperado con anhelo, se encara con iguales dosis de esperanza e incertidumbre.
2015 es un año crucial en muchos sentidos. Para España, enfrentamos un año repleto de convocatorias electorales con un estado de ánimo y expectación no conocidos probablemente desde transición o las elecciones de 1982.
Pero hoy me centraré en la agenda global. Hace unos meses escribía sobre la propuesta de Objetivos de Desarrollo Sostenible, la agenda de desarrollo post 2015 que debe debatirse a lo largo de este año para llegar a la Cumbre de Naciones Unidas en septiembre con un listado de objetivos y metas que, en palabras del Secretario General Ban Ki-moon, nos marquen el camino a la dignidad.
Si en lo nacional tomaba como momentos de referencia para este 2015 la propia transición o las elecciones de 1982, en lo global nos encontramos ante un momento igualmente crucial.
Es conocida mi admiración por el presidente Franklin Delano Roosevelt (y su esposa Eleanor Roosevelt). Cuando el Presidente demócrata se dirigió al Congreso el 6 de enero de 1941 el mundo enfrentaba la amenaza global de la guerra ante la que no cabía quedarse indiferente. Su discurso de las cuatro libertades marcó un punto de inflexión no solo para la historia de los Estados Unidos sino que sirvió de base para la construcción de la Carta de las Naciones Unidas y la Declaración Universal de los Derechos Humanos. La libertad de expresión, la libertad de Credo, la libertad de la necesidad y la libertad del miedo.
Nunca ha progresado la Humanidad como lo ha hecho los últimos 40 años. Sin embargo, la desigualdad en el alcance de los resultados hace que tengamos que abandonar el “business as usual” o más castizamente “el café para todos”. Desigualdad entre países e intra países, y África como asignatura pendiente. Es la región que sigue a la zaga en casi todos los indicadores de desarrollo.
Enfrentamos antiguos problemas y nuevas amenazas que atenazan la esencia misma de los seres humanos. En el primer mes de 2015 las cuatro libertades de Roosevelt siguen amenazadas en todas partes del mundo. “Las amenazas no respetan las fronteras impuestas por los seres humanos” dice el secretario General. La pobreza, el hambre, la desigualdad, la enfermedad, el cambio climático no hacen distinción entre países. La diferencia está en lo preparados que estemos para enfrentarlos y reaccionar con éxito.
Y ésta es la tarea que tenemos por delante este año. Acordar entre todas las naciones una agenda de metas, de compromisos y responsabilidades que garanticen una vida en dignidad para todas las personas en todas las partes del mundo sobre los pilares de los derechos humanos, la igualdad entre hombres y mujeres, la paz y el estado de derecho y la sostenibilidad en sus tres dimensiones. Para lo cual es necesario movilizar los recursos necesarios, financiación nacional e internacional, pública y privada. Objetivos comunes y responsabilidades compartidas y diferenciadas.
Decía que 2015 se nos presenta con iguales dosis de esperanza e incertidumbre. Esperanza porque tenemos la oportunidad de concretar el compromiso con un mundo en el que todas las personas puedan tener una vida digna. E incertidumbre porque ¿estará la comunidad internacional a la altura?
Y no me olvido de las niñas que siguen secuestradas por Boko Haram. #BringBackOurGirls
@CarlotaMerchn
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