Hace semanas que se ha atascado en mi cabeza el tango de Santos Discépolos y tan actual hoy como cuando fue escrito en 1934. Y es que si el siglo XX fue problemático y febril, el XXI ha llegado al delirio. Miremos donde miremos solo vemos empobrecimiento de muchos y enriquecimiento de pocos, hambre y conflictos, violaciones de derechos, desempleo, violencia contra las mujeres, corrupción…., un despliegue de maldá insolente que cantaba Gardel.

Mientras se resuelve el sudoku (realmente opera con reglas similares a las del pasatiempo) de la conformación de la nueva Comisión, más de 1.600 personas han muerto estos últimos meses en el Mediterráneo tratando de llegar a Europa en busca de una vida digna, huyendo de lo que huiríamos todos y todas, la guerra, el hambre y la enfermedad.

Ansían llegar a una Europa rodeada de conflictos, o que incluso los tiene en su espacio geográfico, como el de Ucrania, un país que justo en las puertas de ser miembro de nuestra Unión está inmersa en un conflicto fraternal, como lo son todos los conflictos civiles, como lo son ciertamente la práctica totalidad de los conflictos actuales. Como lo son los conflictos de los que huyen quienes se la juegan en el Gurugú, en las vallas de Ceuta y Melilla o en las costas de Italia.

Conflictos que tienen un elemento recurrente, la opresión a las mujeres. El Estado Islámico quizás sea el ejemplo más sociópata del que estamos siendo testigos, pero las mujeres de países como la República Democrática del Congo llevan más de una década sufriendo la violencia de quienes las utilizan como arma de guerra o simplemente porque creen que las mujeres están ahí para su uso, sin más.

Esto es lo que lleva años denunciando Caddy Adzuba, recién galardonada con el premio Príncipe de Asturias de la Concordia. Esta periodista congoleña denuncia la violencia sexual que sufren las niñas y las mujeres en su país y que no parece tener fin.

En este verano negro para las mujeres en España pienso que la violencia de género, del respeto a las mujeres en igualdad respecto a los hombres, es una cuestión global de máxima urgencia. La igualdad y la lucha contra la violencia contra las mujeres deben ocupar los primeros puestos de la agenda internacional porque miremos donde miremos siempre hay mujeres en situación de riesgo físico, sexual, social o económico.

Como también hay personas que dedican su vida a defender los derechos y la libertad de las mujeres.

Termino corrigiendo al tango. Es cierto que el mundo ha podido ser una porquería, pero de nosotros y nosotras depende que deje de serlo y por eso, hoy día del cooperante, mi recuerdo y agradecimiento a las personas que dedican su vida a que no lo sea, a que un mundo más justo sea posible.

Y no olvido a las niñas y mujeres secuestradas en Nigeria, en el Norte de Irak…. #BringBackOurGirls

@CarlotaMerchn

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