Annus horribilis para las mujeres que viven en este país y cuando aún nos falta el último cuatrimestre y saber qué ronda por la cabeza del Ministro Gallardón.
13 mujeres han muerto asesinadas víctimas de violencia de género en lo que llevamos de verano, 8 de ellas este mes de agosto (la última hace unos minutos), y a las que hay que añadir la mujer que pelea por su vida en un hospital. El cómputo total de mujeres asesinadas desde enero asciende a 40, aunque hasta en esto hay diferentes formas de conteo.
Y no olvidemos a las mujeres que son víctimas en silencio de violencia por parte de sus parejas o ex parejas y que no copan los titulares de la prensa.
La mayoría de las víctimas no había denunciado. Supongo que poco incentivo tienen estas mujeres para denunciar al verdugo con el que para más inri, seguramente convivan o compartan descendencia ante la política de recortes y silencio que impone el gobierno dando a entender que su problema, es eso, suyo.
El compromiso político y la responsabilidad gubernamental es clave para que las mujeres sientan que su problema no es solo suyo, que es compartido, que importa y preocupa y que ellas forman parte de la solución que debe ofrecer el Estado que es quien tiene la obligación máxima de garantizar la seguridad de sus ciudadanas y ciudadanos.
La violencia contra las mujeres es un problema de todos y de todas porque un país inseguro para las mujeres lo es para todos.
La lucha contra la violencia de género dejó de ser una cuestión de Estado. La violencia de género y más ampliamente, la igualdad entre mujeres y hombres no es una prioridad para este gobierno que nos ha caído en (mala)suerte. Solo desde la igualdad se puede terminar con la violencia de género. Y no es solo educación, que es la base de una sociedad respetuosa, tolerante y libre, sino que es necesario que haya contundencia en la respuesta, penas ejemplarizantes para los criminales, manifestaciones públicas en todos los niveles, al máximo nivel, que transmitan y convenzan de que la violencia contra las mujeres es una cuestión de Estado.
La violencia contra las mujeres no puede salir barata, no puede ser objeto de chistes, comentarios livianos y frívolos.
Y ahí es inevitable acordarme del alcalde de Valladolid León de la Riva. Él se califica solo con sus comentarios machistas, pero, lo siento, también quienes de manera reiterada le confían el gobierno de su ciudad porque insultar, menospreciar a las mujeres parece no tener coste. Pero lo tiene y solo en estos 8 meses de 2014 lleva los nombres de las 40 mujeres asesinadas.
#MachismoMata
Y no me olvido de las niñas secuestradas en Nigeria #BringBackOurGirls
@CarlotaMerchn
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