Estos días han compartido espacio en la prensa con los análisis de los resultados electorales del domingo 25 de mayo, los movimientos que se están dando para que en julio se inicie la tramitación del anteproyecto de la ley con la que el gobierno, en connivencia con la jerarquía eclesiástica y grupos de integristas de derechas, pretende derogar el derecho de las mujeres que vivimos en este país a decidir libremente sobre nuestra maternidad.
Sabíamos que era cuestión de tiempo, que a la vuelta de las elecciones iban a retomar su lista de ataques a la libertad de las mujeres, de todos los ciudadanos. Con lo que no contaban era con el panorama de desconcierto político que, sin duda, van a tratar de aprovechar en su conveniencia.
Soy consciente de que tenemos muchos frentes abiertos, pero las fuerzas del mal no descansan y siguen con su agenda de restricción de derechos, de regresar este país a los tiempos del blanco y negro. Y las personas que creemos en la libertad y la igualdad no podemos bajar la guardia, sino que debemos curar y sanar la herida y seguir reclamando en las calles lo que nos quieren negar en el Parlamento con su rodillo de mayoría absoluta.
La primera conclusión que arrojan los resultados de las elecciones al parlamento europeo es que la ciudadanía ha dicho no a las políticas de este gobierno, un no atomizado, pero un no rotundo. Confío pues que los nuevos líderes sociales aparquen su retórica y sean responsables y capaces de acompañar a quienes tienen en su haber la aprobación por amplia mayoría parlamentaria y ciudadana de la Ley de 2010.
En lo que me toca, confío en que nuestro árbol no nos haga perder de vista el bosque que otros siguen talando.
@CarlotaMerchn
Deja un comentario