Hoy 25 de mayo se celebra el día de África, conmemorando la fundación de la Unión Africana en 1963. En aquella ocasión participaron de la reunión 30 de los 32 Estados independientes en el continente africano. En la actualidad 54 Estados conforman la Unión Africana.
Mucho han cambiado el mundo y África desde entonces. Sin embargo lo que no ha variado es que el mayor número de países con los índices más bajos de desarrollo se encuentran en el continente africano.
Hay dos cosas que me vienen a la mente al pensar en África, subsahariana, sus colores y las sonrisas de sus gentes.
África es diversa, miles de lenguas y dialectos, de músicas, de bailes, de expresiones culturales. Diversa como lo son el resto de continentes, porque las personas aun siendo iguales en derechos somos diferentes. Y eso es lo que nos enriquece.
Sin embargo, como también, por desgracia, sucede en todos los continentes, hay personas intransigentes, que no creen en la libertad y la igualdad y condenan al diferente penalizando el amor entre personas del mismo sexo. Igual que quieren, y suelen ser los mismos como en el resto de continentes, imponer el pensamiento o la religión única, no creen en la democracia y sí en la represión, la corrupción usando la violencia si lo consideran preciso.
Mi recuerdo en este día de África es para las mujeres. África tiene rostro de mujer. Hasta su forma, dicen, evoca a una mujer.
África tiene, sin duda, rostro de mujer. Son las mujeres, desde niñas, quienes sacan los hogares adelante, las que madrugan para coger el agua que usarán sus madres para cocinar, para el aseo; las que trabajan la tierra con aperos precarios, esa tierra que no les pertenece por ser mujeres, esa tierra que les da comer a ellas y a sus familias. Son las mujeres las que cuidan a los enfermos, a sus mayores, las que paren con dolor, muchas incluso muriendo en el parto.
Son ellas las que sufren la guerra como madres, viendo cómo sus hijos son utilizados como soldados o sus hijas son utilizadas como esclavas, viendo en definitiva, la aspiración natural de cualquier madre que no es sino que sus hijos e hijas tengan un futuro en paz y mejor que el que a ellas les ha tocado vivir.
Y eso es lo que quieren las madres de las 276 niñas secuestradas en Nigeria, que sus hijas estudien, se formen y que puedan hacer sus sueños realidad, que tengan un futuro de progreso, una vida mejor de las que ellas tienen.
Ése es mi deseo en este día de África, que los africanos y las africanas puedan tener un futuro de oportunidades en sus países y que la emigración sea una opción personal, y no la opción entre la dignidad y la miseria.
Mi deseo es que veamos a África como lo que es, un continente ávido de cambios, de progreso, de desarrollo, lleno de hombres y mujeres capaces y comprometidos con este deseo. Un continente que necesita que el resto del mundo estemos a su lado, asumiendo nuestro compromiso con su desarrollo.
@CarlotaMerchn
Deja un comentario