La Europa cuyos representantes elegimos el domingo no es la Europa en la que creíamos. Nos ha decepcionado. Pero, ¿ha sido Europa o sus gobernantes quienes nos han fallado?

 La crisis financiera y económica ha puesto a prueba el modelo de construcción europea. La connivencia y la convivencia entre el poder económico y el poder político decidieron que lo que había que salvar, lo había que rescatar, eran los bancos, los mercados, mientras se dejaba caer a los ciudadanos.

¿O acaso no es un eufemismo hablar del rescate de Grecia cuando la población griega ha sido prácticamente abandonada a su suerte?

 De repente nos hemos dado cuenta de que nuestro ideal de Europa, la Europa que construyó la socialdemocracia, dejado en manos de una mayoría conservadora dejaba de ser la Europa social, del estado del bienestar, de los derechos.

 Y eso nos jugamos el domingo. El domingo debemos elegir entre la Europa de los derechos, de las personas y la Europa de los poderes económicos, la Europa de las desigualdades.

 En estos años de dominio de la derecha se ha agrandado la brecha entre el Norte y el Sur, entre las clases trabajadoras y las clases poderosas, con una desigualdad entre países y entre ciudadanos que nos recuerdan a un tiempo que creíamos pasado.

 Los ciudadanos vemos cómo mientras las cuestiones económicas son cuestiones de Europa, de construcción europea, los derechos sociales son de competencia doméstica y el retroceso en bienestar no amerita llamadas de atención por parte de Bruselas.

¿En qué parámetros se va a medir la recuperación? ¿Vamos a permitir una salida de la crisis con recesión social?

El domingo tenemos la oportunidad de decir no a una salida de la crisis para unos pocos, decir no a una Europa que discrimina entre europeos de primera y europeos de segunda. Tenemos la oportunidad de decir al Gobierno de España que así no. Que no.

El domingo tenemos la oportunidad de decir sí a la Europa del estado del bienestar, sí a la Europa en la que cabemos todos y todas, a la Europa de la igualdad, de la diversidad. Decir sí a una Europa en la que las cuestiones sociales, el bienestar de las personas que viven en ella sea responsabilidad de las instituciones de la Unión.

Tenemos la oportunidad de decir que un señor que cree que las mujeres somos intelectualmente inferiores a los hombres, que no podemos decidir libremente sobre nuestra maternidad, que no cree que dos personas que se quieren no pueden formar una familia por ser del mismo sexo no puede ser Comisario ni merece tener el respaldo mayoritario de los electores.

El día 25 de mayo tenemos que ir a votar porque para que la Europa de las personas sea posible necesitamos un Parlamento Europeo de mayoría socialdemócrata y una Comisión presidida por un hombre que crea en esa Europa. Necesitamos a Elena Valenciano y a Martin Schultz.

 @CarlotaMerchn

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