Quienes me conocen saben de mi escasa relación con la Iglesia, pero llevo días parafraseando al Papa Francisco cuando clamó al mundo VERGOGNA! tras la tragedia de Lampedusa hace unos meses.
Vergüenza es lo que siento ante la deshumanización con la que se está abordando la tragedia de la playa del Tarajal. Vergüenza ante la manipulación de la información.
El Congreso deberá votar próximamente la creación de una comisión de investigación que permita esclarecer lo sucedido en la playa del Tarajal el 6 de febrero y depurar, en consecuencia, las correspondientes responsabilidades.
Ya circulan comentarios en relación a los prácticamente nulos visos de prosperar que tiene esta votación si el partido con mayoría en la Cámara Alta vota en contra.
Mucho y nada bueno diría esa decisión de quienes la apoyaran.
Un país decente, serio, democrático, comprometido con el momento histórico que le ha tocado vivir y comprometido con sus semejantes no puede permitirse dar carpetazo a uno de los acontecimientos más bochornosos e indignos de los que hemos sido testigos: la muerte por ahogamiento de 15 personas bajo la mirada de la Guardia Civil.
Y si bochornoso e indigno es lo sucedido, no lo son menos las declaraciones de creadores de opinión y algunos políticos dando a entender que la única manera de controlar la inmigración es a base de pelotazos de goma, dando a entender que hay vidas que no valen, dando a entender que cumplir la Ley de extranjería también está por encima de nuestras posibilidades.
Espero que la comisión de investigación se cree y que realmente investigue y esclarezca los hechos, y que los responsables den las debidas explicaciones y estén a la altura dejando sus cargos, hoy mejor que mañana.
Porque pasara lo que pasara, fuera la playa española, marroquí o territorio lunar, 15 personas muertas son motivo suficiente.
@CarlotaMerchn
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