Se ha ido la última de las ovejitas que llegó a la pradera. La tarde del sábado poco después de compartir la penúltima de nuestras gracias “whatsapperas” la maldita carretera nos dejó sin Estitxu. Así, sin más, sin dar tiempo a reaccionar, sin darnos tiempo a nada. Simplemente ya no estás.
La pradera, nuestra SGCID, ésa que pocos saben lo que es, ese espacio tan especial en el que compartimos más tiempo casi que con nuestra familia, no estaba preparada para esto. Hemos despedido a muchos compañeros y compañeras a lo largo de los años, en la mayoría de los casos se mezclaron las lágrimas con la alegría por quien se iba a una nueva aventura. Pero tú no. Tú te has ido sin más. Sin poder decirte adiós. Y en esta despedida solo hay lágrimas.
Esta mañana hemos recibido un mazazo terrible. Un golpe que a mí solo me ha hecho capaz de decir que nos tenemos que querer. Así, cursi como suena, y más para una de Llodio. Pero sí, querernos y disfrutar del tiempo que pasamos juntos, construyendo, comprometidos con un mundo más justo.
En los meses que has formado parte de la familia SGCID te has hecho querer. Siempre aportando un comentario divertido, una de tus torpezas al caer o dejar caer el teléfono o el café sobre el teclado, una anécdota, una pregunta que provocaba la carcajada general en nuestra hora bruja, nuestras horas brujas, porque mira que nos hemos reído contigo.
Se notaba cuando faltabas.Y se va a notar mucho ahora que no vas a estar.
Te voy a echar de menos. Seguro que te vamos a echar de menos.
Hasta siempre, Estitxu.
@CarlotaMerchn
Deja un comentario