Recién aterrizada de Guatemala no dejo de pensar que el mayor reto que tenemos es la lucha contra la desigualdad.
Millones de personas han salido de la pobreza extrema los últimos años, sin embargo, aún dista mucho para que esas personas alcancen un nivel de vida ligeramente similar al de los grupos más favorecidos.
Ciertamente la crisis y en igual o mayor medida la medidas adoptadas para, supuestamente, combatirla han hecho de España el país más desigual de la Unión Europea.
Sin embargo, la diferencia entre nuestra situación y la de países como Guatemala es que en nuestro caso tenemos las herramientas para reducir desigualdad, solo se trata de ponerlas en marcha.
En el caso de Guatemala me temo que la cosa es bastante más compleja. El país registra niveles de pobreza y desnutrición muy elevados. La desnutrición crónica infantil afecta en promedio al 50% de los menores de 5 años. Está claro que sólo mediante políticas públicas se pueden adoptar medidas que reduzcan esta cifra a 0 y lo hagan de manera sostenible. Pero, ¿cómo se financian esas política públicas?
La cooperación internacional puede ayudar, pero la movilización de recursos naciones es imprescindible y eso implica ineludiblemente una política fiscal justa, una política fiscal progresiva, contributiva y redistributiva.
Del mismo modo, se podrían considerar políticas predistributivas, esto es, mejorar el poder adquisitivo de la clase trabajadora incrementando los salarios y definiendo un equilibrio entre los impuestos indirectos y los directos.
Esto también es aplicable a nuestro país. Las bajadas salariales que se están imponiendo en muchos sectores, como hemos visto recientemente en los trabajadores y trabajadoras de limpieza y parques y jardines de Madrid, o en la lavandería central de Madrid, que situarían a cientos de trabajadores con salarios inferiores a los 800€, están contribuyendo a crear una sociedad más desigual. Una sociedad en la que la brecha entre quienes más y quienes menos tienen crece traduciéndose en un retroceso en la igualdad de oportunidades.
La desigualdad es el reto qe afrontan muchos países de renta media, la mayoría en América Latina. Pero también lo es de España.
Sólo las sociedades igualitarias disfrutan de un desarrollo sostenido y sostenible. Sólo las sociedades igualitarias garantizan el pleno ejercicio de derechos. Porque son las políticas públicas fundamentadas en la realización de derechos las que crean sociedades igualitarias.
@CarlotaMerchn
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